domingo, 9 de septiembre de 2007

El Cuerpo del Poema



-Jacques, una vez me dijiste que para escribir hay que ser voraz, visceral...-
"Yo escribo sobre lo que sufro, de muertes pequeñas, sobre las heridas. Escribo mis miedos, mi falta de amor. Escribo con mi corazón, pero él tiene poco que decir, que no pudo vivir como sabe, ni sabido cómo retener. Escribo líneas contra todo, y siempre es el infierno el que me empuja a tirar signos al teclado...."
-¿La culpa es de los otros, de aquellos que me dejaron?. -Pregunté-
No. -insistió-Escribir, es siempre retrasar el momento cuando todo se derrumbará. Nadie escribe sobre lo que le gusta, sobre lo que desea, por esta razón, yo no escribo sobre ti, quédate tranquilo. Le escribo al dolor de la lluvia en las paredes. Para repetirme y volver siempre atrás, sobre aquellos que nos hicieron partir o quedar.
Está bien, pero ¿Tiene sentido escribir lo que puedo decir con la boca...? -
No seas boludo, nadie escribe que no necesita nada más, que está feliz, que todo va bien.
¿Por esa razón...?-pregunté azorado.
- Por esa razón, yo no escribo sobre ti, quédate tranquilo. Escribo cuando los otros me hieren y el dolor es el mismo que el tuyo. Grito la horrible depresión y controlar la palabra final.
Escribo para no tener que mentir que ella ya se ha ido, para poder decir que yo la dejé ir. La felicidad no necesita ser escrita.
¿Tiene sentido escribir sobre el amor cuando la mayoría no sabe qué es?-
-No necesito escribir un poema de amor si tengo amor en mi hogar. Por esta razón, yo no escribo sobre ella, quédate tranquilo”.


Norberto Aige Marinelli



1 comentario:

Marcia dijo...

Sublimes letras!
Cada momento contigo es nuevo... pero al mismo tiempo, tan increíblemente familiar.
Tus palabras continuan inquietándome y es que, con esas ciertas verdades recorres venas y caminos cotidanos, en donde la melancolía, la felicidad y lo etéreo se colisionan y platican mientras se besan las miradas.
Besos de atardecer de sábado, con poquito de melancolía.
Marcia